Se transformó cuando sus manos se posaron en el acordeón.
Sus dedos se deslizaban por las teclas blancas y negras con suavidad, dando la
impresión de que era fácil producir aquellos sonidos. Parecía que las notas
estuvieran allí esperando a que él las materializase. Cerraba los ojos y
levantaba la cabeza hacia el techo como si tratase de captar los acordes que
flotaban en el ambiente para convertirlos en música. Luego sonreía a su
instrumento con complicidad, tal vez compartiendo una broma particular con él.
Lo prometido es deuda. Comienzo mi galería de personajes y la andadura de esta página con este microrrelato. Mi visión de personas que me rodean o que se han cruzado en algún momento en mi vida y que, por alguna razón, me ha parecido interesante escribir sobre ellos. Espero que me perdonen si mi visión no coincide con la realidad o con su propia visión de sí mismos. Es así como les veo y en cada uno ha habido algún detalle que me ha inspirado para escribir sobre ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario